Qué llevar para un día de playa o piscina con un bebé
Mucho ha pasado desde esa primera vez que fui a la playa con el peke. Recuerdo que el pekepapá no vino con nosotros y yo parecía una mula con tanta cosa encima y cargando con él en brazos... ojalá tuviese foto de ese instante porque ahora nos hubiésemos reído un rato aunque en ese momento yo no estaba para risas. Sudé la gota gorda para llegar a la orilla dejando perdidas por el camino unas cuantas cosas.
Después de ese día, he aprendido a economizar el espacio y dejar en casa aquello que no es de vital importancia. Sí, sí, todos aquellos "esto por si..." que nunca llegamos a utilizar. Por eso, he creído que sería de utilidad reunir en este posts las cositas que ahora me acompañan siempre cuando vamos a la playa o la piscina y que me salvan el día. Aquí tenéis la lista:
1. Bañador pañal antifugas. El primer artículo de esta lista no podía ser otro y es que, sin duda, es mi producto estrella. Allá donde hay medio acuático viene conmigo porque no hay cosa que me haga pasar más angustia que la posibilidad de ver flotando los "regalitos" que mi hijo puede dejar por los mares del mundo. Yo llevo dos para recambio porque, aunque se secan súper rápido, con uno lo baño y el otro se lo pongo seco al salir para que juegue en la arena. Así, no se le mete la arenilla por dentro y es que me ha salido señorito y no puede notar ni un granillo. ¡Al volverlo a meter en el agua, se lo cambio de nuevo y listo!
2. Traje de neopreno. Puede parecer una tontería pero esta prenda es súper útil y se le saca un montón de partido ya que las tallas son bastante amplias (van de de los 6 - 12 meses y de los 12 - 24 meses). El pececillo nota bastante la temperatura del agua porque está acostumbrado a la de las piscinas de interior a las que va el resto del año y, de primeras, cuesta meterlo y el pobre no disfruta. Sin embargo, con el neopreno puesto se mete de un tirón y tan feliz. Además, al llevar protección solar le protege el torso y, sobre todo, los hombrillos que son una de las partes más sensibles y a la que le da el sol más directamente.
3. Tienda de campaña con protección solar. Pasar un día entero expuesto al sol para un bebé es demasiado, sobre todo en las horas complicadas (de 12 a 3 de la tarde). Lo mejor, para ahorrar espacio, es una tienda que se pliegue completamente y que, además, te haga las veces de piscinita. Así, cumple una doble función y con un solo producto matas dos pájaros de un tiro. ¡Qué siestas playeras y piscineras más gustosas se echa!
4. Protección solar. Este es un producto no solo de playa o piscina para mí sino del día a día que en mi bolso no falta. Por desgracia, el sol es cada día más dañino y hay que evitar sus efectos a toda costa. Hay mucho debate, al cual no voy a entrar, sobre cuál es la mejor opción. Lo que sí puede decir es que yo siempre utilizo un factor 50 no solo para el peke sino para mí también y lo hago tanto en verano como en invierno cuando vamos a estar al sol. Bien es cierto que la mayoría de los pediatras y dermatólogos aconsejan no exponer directamente al sol ni aplicar cremas solares a los bebés menores de 6 meses. ¡Ojo con el sol, mamis!
5. Camiseta con protección solar. En esta misma línea, llevo siempre también una camiseta de protección solar para aquellas exposiciones prolongadas en las que mi hijo va a estar jugando o retozando durante mucho rato en el sol. A pesar de la creencia de que estas camisetas pueden meter calor al bebé, el efecto es todo lo contrario ya que producen una sensación de frescor gracias al aislamiento que tienen. Como sabemos la importancia que tienen para todas aquellas mamis preopcupadas por el sol, en la tienda podéis encontrarlas a juego con vuestros bañadores favoritos.
6. Sombrero con protección solar y sandalias. ¡No a la calle sin mi sombrero! Aunque al principio, este pececillo rechazaba todo objeto que se preciase sobre su cabeza, ahora incluso lo pide. ¡Y es que... se ha dado cuenta de su utilidad! De nuevo, el sombrero constituye una nueva barrera de protección contra el huevo amarillo del cielo que tanta fuerza tiene. Las sandalias las he incorporado aquí también como indispensable porque resultan de utilidad a la hora de andar sobre la arena que quema o sobre las piedras, si la playa no es de arena. Nosotros utilizamos unas en forma de zueco que son súper fáciles de poner y quitar.
7. Capa de baño o toalla. No hay mucho que argumentar sobre su necesidad: todos llevamos toallas a la playa por razones obvias. Lo que sí quería recomendar en este punto es que las toallas sean de algodón y bambú ya que esto las hace que sean más higiénicas y absorban mejor la humedad por lo que se secan más rápido. Nosotros llevamos 2 para él y, así una podemos utilizarla para ponerlo a él encima y la otra para secarlo.
8. Juguetes de playa o piscina. Antes llevábamos cientos de juegos que, al final del día, quedaban sin usar y llenos de arena. Ahora, ese arsenal ha quedado reducido a un set de cubo, pala, rastrillo y castillitos. Él se entretiene igual y nosotros no tenemos que llevar la casa a cuestas. Si total, al final va a acabar jugando con las piedras o comiendo arena.
9. Chaleco flotador o manguitos. El uso del chaleco está recomendado por la Asociación Nacional de seguridad infantil por ser muy seguro. Cumple con 3 funciones ya que le aporta flotabilidad, lo mantiene calentito y lo protege del sol. Por otro lado, nuestros manguitos son de espuma, aptos para bebé y ni hay que inflarlos ni se pinchan.
10. Cámara o, en su defecto, móvil a tope de batería. ¡Para echar muuuuuuuuchas fotos! Guardar recuerdos de playa o piscina es el mejor regalo que le podemos dejar para que, cuando sean mayores, reir un poco con las anécdotas de sus primeros baños o sus fobias a tocar la arena. Nosotros compramos la GoPro antes de que naciera el peke para intentar grabar el parto. Con las complicaciones que se presentaron no pudimos hacer uso de ella pero ahora le sacamos un montón de partido para este tipo de días.
Esto es todo por mi parte. Y para vosotros, ¿cuáles son vuestros indispensables de playa o piscina?
¿Nos damos un chapuzón? ;-)